Orquídea Maxillaria

, florista
Última revisión: 29.06.2025

Maxillaria es un género diverso de orquídeas de la familia Orchidaceae, con más de 600 especies. Estas plantas se encuentran en una amplia gama de zonas climáticas, desde bosques tropicales de tierras bajas hasta regiones montañosas. Las maxillarias son apreciadas por sus flores ornamentales, que varían desde brillantes y grandes hasta pequeñas y delicadas. Algunas especies también son conocidas por sus distintivas fragancias, que van desde dulces hasta especiadas, lo que las hace populares entre los coleccionistas y aficionados a las orquídeas.

Etimología del nombre

El nombre Maxillaria proviene del latín "maxilla", que significa "mandíbula", en referencia a la estructura de la flor, que se asemeja a la mandíbula de un animal. El género fue descrito por primera vez en 1811 por el botánico alemán Karl Kunth, quien lo distinguió de otras orquídeas por sus características morfológicas únicas.

Forma de vida

Las maxilarias son plantas predominantemente epífitas que crecen en árboles de bosques tropicales. Sus raíces aéreas se adhieren a la corteza, lo que les permite absorber la humedad y los nutrientes del entorno.

Algunas especies son litófitas, prosperando en rocas, o terrestres, creciendo en el suelo. Esta adaptabilidad permite a las Maxillarias ocupar diversos nichos ecológicos, asegurando su supervivencia en diferentes ambientes.

Familia

Maxillaria pertenece a la familia Orchidaceae, una de las familias más grandes de plantas con flores, con aproximadamente 28.000 especies. Las orquídeas son famosas por sus intrincadas estructuras florales y sus diversas adaptaciones ambientales.

Una característica clave de la familia es su relación simbiótica con los hongos micorrízicos, esenciales para la germinación de las semillas. Al igual que otras orquídeas, las Maxillarias presentan una amplia gama de adaptaciones ecológicas, como el epifitismo, el litofitismo y el crecimiento terrestre.

Características botánicas

Las maxillarias son plantas de tamaño compacto a mediano con pseudobulbos que sirven como reservorios de agua y nutrientes. Las hojas son lineales o en forma de correa, de color verde brillante, y crecen en la parte superior de los pseudobulbos.

Las flores varían en tamaño y color según la especie. Pueden aparecer solas o en racimos, con un labelo distintivo, a menudo adornado con colores brillantes o patrones únicos.

Composición química

La composición química de las Maxillarias no se ha estudiado en profundidad, pero se sabe que muchas especies contienen antocianinas, que contribuyen a los brillantes colores de las flores. Además, los compuestos aromáticos presentes en algunas especies les confieren sus fragancias características.

Origen

El género Maxillaria es originario de América Central y del Sur, incluyendo países como México, Costa Rica, Brasil y Perú. Estas orquídeas se encuentran en una amplia gama de altitudes, desde el nivel del mar hasta bosques montañosos a 3000 metros.

Su hábitat natural incluye bosques tropicales y subtropicales, donde crecen en árboles, rocas y suelo, adaptándose a diversas condiciones climáticas.

Facilidad de cultivo

Las maxillarias son consideradas moderadamente difíciles de cultivar, lo que las hace adecuadas para entusiastas de las orquídeas con experiencia. Requieren cuidados precisos en cuanto a luz, temperatura y humedad para asegurar una floración abundante.

La planta se adapta bien al cultivo en maceta si se le proporciona el sustrato correcto que permita un buen drenaje y flujo de aire alrededor de las raíces.

Especies y variedades

Las especies populares de Maxillaria incluyen Maxillaria tenuifolia, conocida por su fragancia a coco, y

Maxillaria picta, reconocida por sus flores brillantes y moteadas.

Otros favoritos incluyen Maxillaria variabilis y

Maxillaria rufescens, valorada por sus prolongados periodos de floración.

Tamaño

El tamaño de las Maxillarias varía según la especie. Las especies miniatura pueden alcanzar tan solo 10-15 cm de altura, mientras que las especies más grandes pueden alcanzar los 60-70 cm.

Las flores suelen tener entre 2 y 5 cm de diámetro, aunque algunas especies producen flores más grandes. Su tamaño compacto la hace ideal para el cultivo doméstico.

Índice de crecimiento

Las maxillarias tienen un ritmo de crecimiento moderado. Suelen producir uno o dos pseudobulbos nuevos al año, que pueden florecer en la temporada siguiente.

El crecimiento puede acelerarse con luz adecuada, riego regular y una fertilización adecuada. Sin embargo, un exceso de fertilización puede perjudicar la salud de las raíces.

Esperanza de vida

Las maxillarias son plantas longevas. Con el cuidado adecuado, pueden prosperar y florecer durante décadas. Los pseudobulbos más viejos conservan su función, almacenando nutrientes para la planta.

En sus hábitats naturales, la esperanza de vida puede acortarse debido a factores ambientales como la sequía o la competencia por los recursos.

Temperatura

Las maxillarias prefieren temperaturas moderadas, con un rango óptimo de 18 a 25 °C. Algunas especies de gran altitud pueden tolerar breves descensos de temperatura de hasta 10 a 12 °C.

Se recomiendan descensos de temperatura nocturnos de 5-7 °C para estimular la floración.

Humedad

Las maxilarias requieren una humedad ambiental alta, generalmente entre el 50 y el 80 %. En ambientes con baja humedad, los humidificadores o las bandejas de agua pueden ayudar a mantener niveles adecuados de humedad.

El exceso de humedad puede provocar la pudrición de las raíces, por lo que es fundamental equilibrar la humedad con una ventilación adecuada.

Iluminación y ubicación en una habitación.

Las maxillarias prosperan con luz brillante y difusa, imitando las condiciones de los bosques tropicales. Las ventanas orientadas al este o al oeste son ideales. Se debe evitar la luz solar directa al mediodía para evitar quemaduras en las hojas.

Para asegurar un crecimiento uniforme, gire la planta periódicamente según la fuente de luz. Si la luz natural es insuficiente, se pueden usar luces de cultivo como complemento.

Suelo y sustrato

Para el cultivo de Maxillaria, se recomienda utilizar un sustrato con excelentes propiedades de drenaje y aireación. Una mezcla ideal incluye:

  • Corteza gruesa de pino (60%);
  • Musgo Sphagnum (20%);
  • Perlita o piedras pómez pequeñas (10%);
  • Carbón vegetal (10%).

El pH recomendado del sustrato es de 5,5 a 6,5. Para asegurar un drenaje adecuado, añada una capa de 2 a 3 cm de arcilla expandida o grava fina al fondo de la maceta.

Riego

Durante el verano, la Maxillaria requiere un riego regular pero moderado. Utilice el método de inmersión: sumerja la maceta con la planta en agua tibia y blanda durante 10 a 15 minutos y luego deje que escurra el exceso de agua. Riegue cada 5 a 7 días, dependiendo de la temperatura y la humedad.

En invierno, reduzca el riego a una vez cada 10-14 días. Use agua declorada a temperatura ambiente. Deje que el sustrato se seque ligeramente entre riegos para evitar la pudrición de las raíces.

Fertilización y alimentación

Los fertilizantes hidrosolubles con bajo contenido de nitrógeno y altos niveles de fósforo y potasio son ideales para la Maxillaria. Los fertilizantes con micronutrientes como el magnesio y el hierro también son beneficiosos.

Los fertilizantes deben diluirse a 1/4 de la concentración recomendada y aplicarse durante el riego. Fertilice la planta cada dos semanas durante el crecimiento activo. Reduzca o suspenda la fertilización por completo en invierno.

Propagación

La mejor época para propagar la Maxillaria es la primavera, cuando comienza su crecimiento activo. También se puede propagar en verano, antes de la floración.

Los métodos de propagación más comunes incluyen la división de matas maduras y el enraizamiento de brotes nuevos. La propagación por semillas es menos común debido a la necesidad de condiciones estériles y hongos simbióticos para su germinación.

Floración

La maxillaria suele florecer en primavera y verano. Las flores pueden durar de 2 a 4 semanas, según la especie. La floración puede ocurrir una o varias veces a lo largo del año.

La floración regular se garantiza mediante un cuidado apropiado, que incluye iluminación constante, riego adecuado y alimentación oportuna.

Características estacionales

En primavera y verano, la planta experimenta un crecimiento y floración activos. Requiere riego regular, mayor humedad ambiental y fertilización frecuente.

En otoño e invierno, la Maxillaria entra en letargo. Se debe reducir el riego y suspender la fertilización. La planta debe ubicarse en un lugar fresco y bien ventilado.

Detalles de la atención

La maxillaria requiere una humedad ambiental estable del 50 al 70 %. Use un humidificador o coloque la maceta sobre una bandeja con agua para mantener la humedad, pero evite el contacto directo de las raíces con el agua.

Una ventilación adecuada es esencial para prevenir enfermedades, pero la planta es sensible a las corrientes de aire.

Cuidado en interiores

La Maxillaria prospera en interiores con luz brillante y difusa. Las ubicaciones ideales son ventanas orientadas al este o al oeste. Proporcione sombra a la planta en los días calurosos de verano para evitar quemaduras en las hojas.

Elija una maceta que se adapte al sistema radicular; son preferibles las de plástico o cerámica con agujeros de drenaje. El sustrato debe ser fresco y estar bien aireado.

Trasplante

Para trasplantar la Maxillaria, utilice macetas ligeramente más grandes que el sistema radicular. Los recipientes de plástico o arcilla con agujeros de drenaje son ideales.

Trasplantar cada 2-3 años o cuando el sustrato empiece a descomponerse. La primavera es el mejor momento para trasplantar, justo antes de que comience el crecimiento activo.

Poda y modelado

La poda se realiza después de la floración, eliminando las espigas florales marchitas y los pseudobulbos viejos. Esto rejuvenece la planta y estimula el crecimiento de nuevos brotes.

Las hojas dañadas o secas deben eliminarse para mantener el aspecto decorativo de la planta.

Problemas y soluciones comunes

La maxillaria es susceptible a la pudrición de raíces y hojas causada por el exceso de riego. La prevención incluye un riego moderado y el uso de un sustrato con buen drenaje.

La falta de luz alarga las hojas e impide la floración. El exceso de fertilización puede provocar quemaduras en las raíces.

Plagas

La maxillaria puede verse afectada por ácaros, trips y cochinillas. Estas plagas dañan las hojas, debilitan la planta y reducen su atractivo decorativo.

La pulverización regular y el mantenimiento de una humedad alta pueden prevenir las infestaciones. Utilice insecticidas o remedios naturales, como soluciones jabonosas, para tratar las plagas.

Purificación de aire

Al igual que muchas orquídeas, la Maxillaria ayuda a purificar el aire interior eliminando sustancias nocivas como el formaldehído y el benceno. Esto la convierte en una excelente opción para apartamentos y oficinas en zonas urbanas.

Seguridad

La maxillaria es una planta no tóxica, por lo que es segura para niños y mascotas. Sin embargo, pueden presentarse reacciones alérgicas a su polen.

Cuidados de invierno

En invierno, la Maxillaria debe mantenerse a temperaturas entre 15 y 18 °C. Se recomienda reducir el riego para mantener una humedad ligera del sustrato.

La preparación para la primavera incluye aumentar la exposición a la luz y elevar gradualmente la temperatura.

Propiedades beneficiosas

Más allá de su valor ornamental, Maxillaria mejora la calidad del aire interior al aumentar la humedad y reducir las sustancias tóxicas en el ambiente.

Uso en medicina tradicional

En la medicina popular, algunas especies de Maxillaria se utilizan para crear aceites aromáticos y remedios naturales de relajación.

Uso en diseño de paisajes

La Maxillaria es ideal para jardines verticales y arreglos colgantes. Su tamaño compacto la hace adecuada para espacios reducidos.

Compatibilidad con otras plantas

La Maxillaria combina bien con otras plantas epífitas, como la Phalaenopsis y la Cattleya. Crean composiciones armoniosas en jardines o interiores.

Conclusión

La maxillaria es una planta versátil que combina belleza ornamental, bajo mantenimiento y beneficios ambientales. Con el cuidado adecuado, se convertirá en una magnífica adición a cualquier hogar o jardín.